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El Anfiteatro
El Anfiteatro
Opinión independiente de la Unión Internacional de Peñas del At
Opinión independiente de la Unión Internacional de Peñas del At. Madrid
de los clubes españoles en 1990 era de unos 175 millones de eur
de los clubes españoles en 1990 era de unos 175 millones de euros. Hoy, las estimaciones más prudentes la sitúan por encima de los 3.000 millones. Seguro que están de acuerdo conmigo en que para este viaje no hacían falta tantas alforjas. Como vemos, la Ley del deporte de 1992 perpetró desde el inicio dos graves errores que han derivado en el fracaso absoluto de la misma. El primero, obligar a la transformación en SAD cuando resulta obvio que el respeto a la libertad de empresa y la seguridad jurídica aconsejaban que tal transformación fuese opcional y voluntaria. El segundo, no tratar a todos por igual, manipulando institucionalmente una competición ya de por sí históricamente viciada desde las más profundas alcantarillas en las que desde siempre se gestiona en favor de dos. O en contra de los demás, como ustedes prefieran. Viendo, con la perspectiva que nos da el tiempo, en lo que se han convertido las SAD y parafraseando a Ortega, nuestro más grande pensador, hay que decir alto y claro: ¡¡Así no, así no¡!
grande pensador, hay que decir alto y claro: ¡¡Así no, así no¡!
grande pensador, hay que decir alto y claro: ¡¡Así no, así no¡! Pero con todo, y desde el punto de vista de los aficionados, lo más grave no ha sido la ineficacia de una ley que ya ha quedado obsoleta y que esperamos y deseamos sea prontamente reformada. Lo más grave (e imperdonable) ha sido despojarnos de toda posibilidad de participar en la toma de las decisiones que habrán de marcar el futuro de nuestros equipos. A mí, como a casi todos los aficionados, me gustaría que mi Atleti siguiese siendo un Club Deportivo. Pero no lo es y no creo que vuelva a serlo. La triste realidad es que la transformación de los clubes en empresas nos ha relegado al papel de meros clientes. No nos queda otra que aceptarlo a la par que seguir luchando incesantemente por conseguir que los aficionados estén presentes en los órganos de gestión y dirección de las SAD. Al margen de todo lo anterior, no me gustaría que se entendiesen estas líneas como una criminalización de las SAD. Justo es reconocer que la implantación del control económico a los clubes por parte de la LFP está contribuyendo de manera eficaz a racionalizar la gestión de las mismas. Ese es el camino a seguir. Y de esa forma y aplicando una necesaria e higiénica transparencia en los protocolos de actuación se podrán ir adecuando las SAD a lo que sus socios y abonados demandan. A la hora de afrontar la inminente reforma de la Ley del Deporte, mi propuesta, nuestra propuesta, va directamente encaminada a su necesaria democratización. Solo queda esperar que, en esta ocasión, los políticos dejen actuar a los profesionales. Que los profesionales respeten los intereses de los aficionados. Y que aquellos cuyas ideas caben en el cerebro de un coleóptero dejen trabajar a los que, de verdad, conocen y entienden lo que es y representa un equipo de fútbol.
reconocer que la implantación del control económico a los clube
reconocer que la implantación del control económico a los clubes por parte de la LFP está contribuyendo de manera eficaz a racionalizar la gestión de las mismas. Ese es el camino a seguir. Y de esa forma y aplicando una necesaria e higiénica transparencia en los protocolos de actuación se podrán ir adecuando las SAD a lo que sus socios y abonados demandan. A la hora de afrontar la inminente reforma de la Ley del Deporte, mi propuesta, nuestra propuesta, va directamente encaminada a su necesaria democratización. Solo queda esperar que, en esta ocasión, los políticos dejen actuar a los profesionales. Que los profesionales respeten los intereses de los aficionados. Y que aquellos cuyas ideas caben en el cerebro de un coleóptero dejen trabajar a los que, de verdad, conocen y entienden lo que es y representa un equipo de fútbol. Y nada más por hoy, amigos. Mucha suerte y mucho Atleti. Eduardo Fernández Presidente Unión Internacional de Peñas del Atlético de Madrid.
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El Anfiteatro
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Opinión independiente de la Unión Internacional de Peñas del At
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Tribuna 1903
Tribuna 1903
SAD : Lo que la verdad esconde
SAD : Lo que la verdad esconde
Transcurridos más de treinta años desde la transformación de lo
Transcurridos más de treinta años desde la transformación de los Clubes en SAD y estando en trámite la nueva Ley del Deporte, parece buen momento para analizar cuáles han sido las consecuencias para el fútbol español de la implantación de la ley aún vigente hoy en día y su repercusión en los aficionados. Y la primera conclusión ha de ser, necesariamente, negativa.
Eduardo Fernández
Eduardo Fernández
Presidente Unión Internacional de Peñas del At. madrid
Presidente Unión Internacional de Peñas del At. madrid
La intención del legislador, reiteradamente expresada por los r
La intención del legislador, reiteradamente expresada por los responsables políticos de la época, fue la de acabar con la galopante deuda que en aquellos días acumulaban los clubes de fútbol de nuestro país. Se partía, pues, del legítimo y necesario principio de racionalizar y controlar la errática manera en que se gestionaban por aquel entonces la mayoría de los clubes. Y así se decidió obligar a los clubes deportivos, hasta entonces asociaciones sin ánimo de lucro, a transformarse en SAD. Pero no a todos. Y de aquellos barros, estos lodos. Lo que la verdad oficial alegaba para obligar a la transformación, se diluía de manera espuria a la hora de su aplicación eximiendo de tal obligatoriedad a cuatro clubes. La razón esgrimida fue que sus cuentas estaban saneadas. Pero lo que la verdad escondía es que es que no se quería obligar a perder su condición de clubes deportivos a los dos mal llamados grandes (y digo mal llamados porque la grandeza de un club de fútbol se alcanza por parámetros intangibles como el respeto a unos valores o el sentimiento de pertenencia y no por el tamaño del mismo)..
de un club de fútbol se alcanza por parámetros intangibles como
de un club de fútbol se alcanza por parámetros intangibles como el respeto a unos valores o el sentimiento de pertenencia y no por el tamaño del mismo). De tal manera que desde entonces y por imposición legal quedaron adulteradas nuestras competiciones domésticas, en las que participan a la vez clubes deportivos y SAD en lo que constituye, en mi opinión, una abe- rración jurídica por la que se da carta de naturaleza a una clara discriminación de unos equipos respecto a otros. Con el transcurso de los años se pudo constatar que los dos pode- rosos a los que se quiso salvar de la quema tenían y tienen hoy en día importantes deudas. Uno de ellos tuvo que recurrir a una vergonzosa y vergonzante recalificación urbanística de dudosa legalidad para salvarse de la quiebra. Y lo hizo en connivencia con el poder político. Y lo hizo hurtando a todos los madrileños la legítima propiedad de unos terrenos de titularidad pública.
terrenos de titularidad pública. El otro se encuentra actualme
terrenos de titularidad pública. El otro se encuentra actualmente ante una dramática situación económica que algunos de sus responsables no han dudado en calificar como de quiebra técnica. Queda claro, por tanto, y refiriéndonos a los dos de siempre, que no solo no se corrigió el grave problema de la deuda histórica de los clubes en lo que venía siendo un problema atávico del fútbol español, sino que, además, se institucionalizó una evidente desigualdad a la hora de participar en una misma competición regida por normas distintas. Globalmente hablando, la deuda de los clubes españoles en 1990 era de unos 175 millones de euros. Hoy, las estimaciones más prudentes la sitúan por encima de los 3.000 millones. Seguro que están de acuerdo conmigo en que para este viaje no hacían falta tantas alforjas.
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